Sacando el telescopio a la calle, por Emilio Castro Otero

Enseñando estrellas, con la plaza del Obradoiro a oscuras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Echando la vista atrás ya llevo casi veinte años sacando mi telescopio a las calles de distintas ciudades y pueblos. Mi memoria no es muy buena pero recuerdo que en 1993 me regalaron mi primer telescopio. No me acordaría si no fuera por la anécdota de tener que explicarle al vendedor que el telescopio que tenía en exposición: ¡estaba montado al revés! Y no digo yo que en la planta de un centro comercial haya muchas estrellas que observar, pero tampoco es como para poner al pobre telescopio castigado mirando para el suelo.


De las muchas salidas a divulgar astronomía recuerdo con cariño como nos juntáramos en un monte del ayuntamiento de Cotobad más de catorce coches con sus respectivos ocupantes para ver la máxima aproximación a la tierra de Marte en el verano del 2003. Aquel monte tiene un significado especial para mí. Desde mayo del 2010, la Asociación Astronómica Sirio de Pontevedra podemos divulgar desde allí con un hermoso observatorio de piedra diseñado por el arquitecto pontevedrés César Portela.

Me di cuenta que muchos disfrutamos divulgando sacando nuestros “instrumentos científicos” a la calle y permitiendo al público utilizarlos gracias a Salva Bará, profe de la USC, y Astronomía na beirarúa cuando pusimos a oscuras la plaza del Obradoiro de Santiago para enseñar a compostelanos y turistas el cielo estrellado. ¡Espectacular!

Una forma de divulgación que he extendido ahora a la física que he estudiado en la carrera y a la especialización en materiales que he alcanzado gracias a mi doctorado. Aún el año pasado salí al parque de Santa Margarita en Coruña dentro del Día de la Ciencia en la Calle con la Asociación de investigadores, técnicos y tecnólogos Precarios Galicia a enseñar como el jabón de las manos disuelto en agua puede hacer moverse un barquito de papel en una tina con agua gracias a la tensión superficial.

Desde que soy investigador, mi actividad divulgadora ha aumentado. Antes colaboraba con una sección semanal (“El Observatorio”) dedicada a la divulgación astronómica en el matinal “Protagonistas Pontevedra” que conducía Juan de Sola. Lo más reciente que he hecho es un artículo sobre nanomedicina para el boletín oficial del colegio de físicos. Especiales para mí han sido las colaboraciones con Alex Fernández Muerza sobre nuevos materiales y nanotecnología, que han visto la luz como artículos en la revista Consumer y en E-ciencia, o mi participación en un debate sobre vocaciones científicas organizado por Radio Obradoiro y El Correo Gallego.

Recuerdo ahora una foto polémica que me hicieron midiendo con un láser en el laboratorio de Valladolid. Era para un artículo titulado “Mileuristas en I­+D” del ABC [pdf], que salió el día que nos manifestamos los jóvenes investigadores en Madrid contra la nueva Ley de la Ciencia. En la foto aplicaron las más finas artes de retoque fotográfico, al más puro estilo de político en cartel de campaña, y me sacaron de encima más de una docena de años: ¡Mi jefa cuando la vio dijo que los iban a acusar de tener trabajando en el laboratorio a menores! Jeje.

Y yo sigo aprendiendo a divulgar, que todavía hay trucos o experiencias que no sé y me encanta descubrir. Lo último ha sido un taller sobre comunicar ciencia en la Radio Gallega, con Manuel Vicente. Antes fueron unas jornadas donde aprender herramientas para hacer divulgación o un foro sobre comunicación y ciencia. En este último conocí a José Pardina de la Muy Interesante. Jo, ¡que ilusión! A través de la sección de cartas al director de su revista se podría decir que me inicié yo en mi profesión. Con lo que de aquella llamamos el “Club de Pequeños Físicos”.

Acabo estas líneas tras enseñar a unos escolares, que han venido a visitar la sede europea del Instituto de Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa en el que trabajo en Braga, como modificar superficies plásticas para hacer que repelan el agua, como las hojas de un nenúfar en un estanque. Es un gusto estar en un grupo de investigación que tenga sus puertas abiertas a las visitas del público.

 

Emilio Castro Otero (Pontevedra, 1978). Doctor en Física por la Universidad de Santiago de Compostela (2006). Trabaja en el Grupo de Investigación en Biomateriales, Biomiméticos y Biodegradables (3Bs para los amigos) de la Universidade do Minho en Braga (Portugal) como becario del programa de movilidad en nanomedicina de la Fundación Progreso y Salud de la Junta de Andalucía. Astrónomo aficionado miembro de la Sociedad Cientísta de Astronomía do Minho Orion y divulgador científico en los ratos libres.

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