La implicación del científico en la divulgación, por Josep Maria Trigo

Josep Trigo

Podríamos definir la divulgación de la ciencia como el proceso de transmitir al público el conocimiento adquirido mediante la investigación científica. Tal transmisión del conocimiento se ha venido realizando hasta la fecha por dos canales principales: el institucional y el mediático. El canal institucional tiene como base la enseñanza preestablecida: estudios primarios, medios y superiores que viene controlado por consejos asesores definidos por los organismos gubernamentales correspondientes. El canal mediático suele ser cubierto por periodistas en los medios de comunicación: prensa, revistas, libros, radio, televisión e Internet. Este segundo canal ejerce un papel esencial en la formación del individuo una vez alcanzada la edad adulta pues la mayoría de la población no sigue ningún tipo de aprendizaje sobre la ciencia o la técnica. Sin embargo, la crisis desatada por los recortes ocurridos en ambos sectores por el actual gobierno del PP nos lleva a una encrucijada sin precedentes. No podemos consentir que el distanciamiento entre conocimiento público y científico siga creciendo.

Una posible solución sería que los científicos nos involucrásemos en un nuevo canal de divulgación de la ciencia. Pienso que es posible abrir una nueva vía de difusión directa de la ciencia a través del propio científico. Internet ya permite la interacción directa entre el científico y el público pero los investigadores también podríamos participar más activamente en prensa escrita, radio y televisión. Cierto es que ese tipo de iniciativas ya existen pero son minoritarias y, desgraciadamente, no son del agrado de buena parte de la comunidad científica. Efectivamente, en un contexto profesional podría interpretarse que los científicos involucrados creamos vías de saltarnos dos importantes tabúes: la publicidad por cuenta propia y la simplificación científica. Como bien describió Robert Finn (1998) fue precisamente ese compromiso, ese interés innato del pionero Carl Sagan por la divulgación de la ciencia, el que le llevó a ser visto con desconfianza por sus propios colegas. Desgraciadamente la simplificación de la investigación científica hasta hacerla comprensible al público continúa siendo mal vista por muchos científicos pero, siempre y cuando se haga con rigurosidad y explicando las simplificaciones, es claramente necesaria por dos motivos: acercar el conocimiento a la sociedad y fomentar el interés público por la ciencia. Este último punto es esencial para que el público joven se interese por la ciencia y surjan nuevos científicos.  Algo esencial en los tiempos que corren en que la única motivación es la especulación y el enriquecimiento mercantil a corto plazo.

Así pues, pienso que una vinculación directa del científico a la rueda de la divulgación del conocimiento es necesaria por varias razones. Suele señalarse en primer lugar la obligación moral de que la inversión pública revierta en la sociedad. Sin embargo, pienso que la primera y quizás más importante razón sea que el progreso científico ocurre a una velocidad tan elevada que necesariamente deben ser los mismos expertos los que los acerquen al gran público, sin intermediarios. Precisamente el distanciamiento entre el conocimiento adquirido por el público en sus años de formación y el establecido en las diversas disciplinas puede acentuar la desconfianza del público en la ciencia como apuntaba el Prof. Federico García Moliner en 2001 en su libro “La ciencia descolocada”. Teorías ampliamente demostradas y capaces de explicar la naturaleza con un gran lujo de detalles pueden resultar para el público meras suposiciones sin un claro fundamento. Una vía para evitar estos desequilibrios es una divulgación directa, rápida y contrastada por los propios científicos, actuando en concordancia con periodistas y con los medios de comunicación. La divulgación es, indudablemente, una labor de todos si realmente deseamos cumplir el importante objetivo de dar a conocer el progreso científico al gran público .

 

Josep Maria Trigo i Rodríguez (1970), valenciano residente en Barcelona, es doctor en Ciencias Físicas en la especialidad de astrofísica por la Universidad de Valencia y actualmente trabaja como científico titular del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC). Ha publicado una decena de libros de divulgación sobre astronomía y ciencias del espacio, particularmente “Las raíces cósmicas de la vida” o “Meteoritos” han visto la luz en 2012. A lo largo de su dilatada trayectoria ha escrito cerca de un centenar de artículos de divulgación científica en periódicos y revistas tales como El País, Avui, Le Monde o la tristemente desaparecida Mundo Científico.

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3 Responses to La implicación del científico en la divulgación, por Josep Maria Trigo

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  2. Siempre me han encantado las reflexiones y los puntos de vista que recoge Federico Garcia Moliner en su libro “La ciencia descolocada”. Lo guardo como un tesoro en mi biblioteca desde que lo compre ya hace más de 10 años. Pero eres el primero que leo o oigo que lo cita… Y sin duda lo merece… Un gran post, Josep! Enhorabuena!

  3. Muy de acuerdo querido Josep. Segun lo veo hay un problema que es dificilde resolver: el que no se interesa o aprecia la ciencia, no comprará ni leera un libro de divulgación por mas bueno que sea, y peor aun en estos tiempos, no hará click en la pagina que sea.
    Si no logramos interés por la ciencia desde las escuelas, los perodicos y la tv un alto porcentaje de la población seguirá viviendo en la edad media y mediatica.