Treinta años para poder enfocar, por Irene Tato

Irene Tato

Me costó 30 años encontrar donde poner el foco y aprender a no desviarme de él. No fue hasta el 2000 que tuve clarísimo a qué quería dedicarme de verdad. No fue premeditado sino el fruto de muchas casualidades porque la vida la he ido llenando de actividades programadas por otros y de muchas decisiones atropelladas, algunas improvisaciones alocadas, no pocas anécdotas y distracciones, muchas aventuras, alguna que otra decepción, pruebas de ensayo-error y mucha, mucha tenacidad para no dejar de buscar hasta dar con lo que realmente me llenaba, hasta acertar con mi verdadera VOCACIÓN. Hoy no concibo seguir dedicando el resto de mi vida a otra cosa que no sea la divulgación de la Salud.

No quiero desviarme del objetivo de este post, que es contaros de dónde viene mi interés por la Ciencia y la divulgación médica. Trataré de hacerlo de forma resumida escogiendo sólo a tres personas muy especiales. Por señalar al primer culpable, diría que fue mi padre, Emilio Tato. Todos los hermanos recordamos perfectamente que nos tenía locos recogiendo piedras en cada salida que hacíamos al campo, eran para su colección de Geología. De paso, jugábamos a imitar al gran Félix Rodríguez de la Fuente al que desde aquí aprovecho a rendir un sentido homenaje porque su amor por los animales y la vida en general fue de las primeras lecciones que aprendí. Papá estudió Físicas, por eso a principio de los 80 nos hizo ver todos los episodios de la magnífica serie Cosmos de Carl Sagan- colección que aún conserva. Recuerdo bien las charlas en casa sobre Astronomía, sobre la Prehistoria, Genética, Bioquímica (eso fue cuando papá se puso a estudiar Piscología por la UNED). Incluso fue mi padre el primero en hablarme de Biotecnología, pero entonces ya barajaba hacer Biología y dedicarme a la Genética como el Sr. Mendel aunque finalmente escogí la rama sanitaria, mi madre era enfermera y siempre me había fascinado el arte de curar.

Me matriculé en 1988 en Medicina con la intención de ser tocóloga. El caso es que cuando ya soñaba con dedicarme a la cirugía fetal y visualizaba el terminar los seis años de carrera, hacer el famoso MIR y otros seis años de especialidad, se interpuso Cupido y a los 20 años tomé una decisión, me replanteo mi futuro profesional. Me dejé aconsejar por mi novio ciegamente y reorienté mi vida al marketing sanitario así que tras abandonar la carrera de Medicina y a mis amigos, dediqué los siguientes diez años a especializarme en marketing y Comunicación para el Sector Socio sanitario, empezando por licenciarme en Publicidad y Relaciones Públicas, doctorarme en Marketing Farmacéutico, preparar una decena de asignaturas como profesora investigadora de Comunicación en la UEM y de ahí saltar al Periodismo Sanitario. ¡Cómo añoro esos años una vez superados los cursos del Doctorado y la crianza de los hijos! Fue una etapa maravillosa, ir a dar clase era un sueño porque disfrutaba mucho de la docencia y de lo que había antes y después de las clases, aprendí a preparar y dar conferencias, a redactar tesis, libros, artículos para revistas, redacté y presenté ponencias en Congresos nacionales e Internacionales, colaboré en proyectos de investigación… fue un lujo poder prepararse durante una década para lo que vendría después.

Cuando la docencia en pregrado se volvió rutinaria, decidí quedarme colaborando en ciertos cursos de postgrado mientras me lanzaba al desconocido mundo de la consultoría. Mi vida dio un giro de 180ª cuando acepté la propuesta de diseñar un curso de Postgrado que llamé “Salud y Comunicación”. Entonces, desconocía que ese curso iba a cambiar mi vida. Ese fue el germen del Máster de Periodismo Sanitario que pusimos en marcha en la Complutense de la mano de la Fundación de Educación para la Salud y que estuvo activo 5 años gracias a la generosidad de su alma mater, la Presidenta de FUNDADEPS, la Dra. María Sáinz. El destino quiso que conociera a esta gran mujer y la tomara como ejemplo para el resto de mi vida. Fue como encontrar la pieza de puzle que le faltaba a mi vida. He aprendido mucho trabajando a su lado, es una grandísima profesional, una líder nata y hoy puedo decir con gran satisfacción que es una excelente amiga. Ella me enseñó a creer en mi como nadie lo había hecho, me ofreció la oportunidad de crecer profesionalmente y por ello es claramente la segunda culpable de mi elección final de dedicarme 100% a trabajar por ofrecer una información de Salud de Calidad y mejorar la Cultura de Salud de la ciudadanía, área a la que me dedico full time desde el 2005. María me hizo ver la gran responsabilidad que conlleva la Promoción de la Salud en su noble objetivo de salvar vidas por la vía de la Educación, convenciendo a la gente para adquirir hábitos saludables. Todo ello hoy lo veo clarísimo gracias al ejemplo de la Dra. María Sainz, quien me ha permitido conocer a decenas de grandísimos profesionales de la Medicina y la promoción de la Salud como el genial Ramón Sánchez Ocaña (¿os acordáis del programa ”Más vale prevenir?”

Mi marido Juan Ramón Bujosa es el tercer culpable de que disfrute con la ciencia y de poder dedicarme hoy a lo que más me gusta. Por una parte llevo media vida oyéndole hablar de teorías y de científicos, no deja de ponerme acertijos matemáticos aunque no se lo pida y además, cosa que agradezco, me resume todos los libros de neurociencia que se ha leído (y no son pocos). Se sabe la vida y milagros de los matemáticos más conocidos, H.Poincaré, Gauss, Fermat, B. Russell, etc. Le he oído explicar decenas de veces las Teoría de la Evolución de Charles Darwin y la de la relatividad de Einstein, les habla a nuestros hijos de Newton cada vez que puede aunque a quien lee es a Stephen Hawking. Por otra parte, JuanRa es mi socio y gracias a su apoyo incondicional y su plena confianza en mi desde siempre, disfrutamos juntos de poder escoger los retos en qué trabajamos, para quién y cómo vamos a desarrollar nuestro trabajo y eso es ciertamente gratificante. Desde nuestra agencia SC damos voz a las enfermedades menos conocidas y contamos las historias de los pacientes que las sufren. Trabajamos por y para la difusión de noticias de salud que ayuden a mejorar la calidad de vida de los enfermos y defendemos en todos los escenarios posibles el poder de ayuda de las nuevas tecnologías para empoderar al paciente. Otro día en un post más divertido contaré algunos consejos para sobrevivir a la hora de trabajar con tu marido.

Irene Tato
es consultora de comunicación sociosanitari y directora General de la agencia de comunicación SC.

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